By Mar Alagarda.
En 2017 pude asistir al congreso internacional “World Federation of Athletic Training and Therapy”. El tema principal del congreso era la fascia, ese tejido conectivo todavía desconocido para muchos. El objetivo era profundizar en el conocimiento de la fascia, su patología y tratamiento.
En este congreso tuve la oportunidad de presentar un estudio donde intentábamos averiguar la intensidad a la que debe estirar un bailarín que quiere ganar flexibilidad.
“SI QUIERO GANAR FLEXIBILIDAD, ¿DEBO ESTIRAR CON DOLOR O SIN DOLOR?”.
Mi objetivo con dicho estudio era poder responder a una simple pregunta que llevaba años haciéndome, y cuya respuesta no era tan sencilla: “Si quiero ganar flexibilidad, ¿debo estirar con o sin dolor?”.
Una cualidad física indispensable en muchas disciplinas de danza es la flexibilidad. Y muchas veces los bailarines se fuerzan más allá de los límites del dolor para conseguir la perfección en movimientos como el “Grand Jete”. Pero estirar con dolor puede conducir a lesiones en la unidad músculo-tendinosa de los isquiosurales y/o aductores.
Entonces, ¿cuál es la intensidad adecuada a la que debemos estirar para ganar flexibilidad sin correr el riesgo de lesionarnos?
Cada vez más artículos científicos, con información al respecto, apoyan la idea de que para mejorar la flexibilidad en atletas y deportistas lo ideal es estirar sin dolor. Pero muy pocos de estos artículos e investigaciones se habían hecho con bailarines.
¿CÓMO LO HICIMOS?
Reunimos a un grupo de bailarines activos, sanos y que tuvieran el hábito de estirar con dolor.
Durante las 6 semanas que duró el estudio, la mitad de los bailarines tuvieron que estirar al 80-100% (siendo el 100% el dolor o esfuerzo máximo). Y la otra mitad del grupo al 60% (sin dolor). Fueron varias las mediciones que se hicieron al inicio y al final de las 6 semanas, de las cuales la más importante fue el rango de movimiento (ROM) de la cadera. Lo que podemos traducir en flexibilidad.
¿CUÁLES FUERON LOS RESULTADOS?
Los resultados que obtuvimos fueron un tanto curiosos.
Y es que el grupo de bailarines que estiró sin dolor mejoró la flexibilidad de su pierna derecha (posiblemente por ser la pierna dominante), mientras que el grupo que estiró con dolor no tuvo mejorías.
LAS CREENCIAS
Lo que más me llamó la atención fue que, una vez realizadas todas las mediciones post-intervención, se les pasó un cuestionario a los bailarines que habían participado en el estudio. Una de las preguntas que les hicimos fue:” ¿Crees que la intensidad a la que has estirado es la adecuada para aumentar tu flexibilidad y prevenir lesiones? ¿Por qué?”
Todos los bailarines creyeron que una intensidad del 60% era la más idónea para prevenir lesiones pero que una intensidad elevada (80-100%) era la adecuada para aumentar el ROM.
CONCLUSIÓN
En definitiva y según los resultados extraídos de este estudio podemos decir que:
El estiramiento sin dolor puede ser más adecuado para un bailarín con respecto a la prevención de lesiones y al aumento de la flexibilidad. Y que un estiramiento doloroso es innecesario.
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