By Mar Alagarda.En el artículo que publiqué sobre flexibilidad [https://www.danzasalud.com/post/la-flexibilidad] comenté que había zonas de nuestro cuerpo que tendían a moverse más que otras. Por ejemplo, la zona dorsal tiene menos movilidad que la región cervical o lumbar. A su vez, el hombro tiene más movilidad que la cadera.
Pero ¿por qué? y ¿qué importancia tiene esto para un bailarín?
Hipomovilidad vs hipermovilidad
Nuestro cuerpo es una consecución intercalada de zonas hipo e hipermóviles.
El cráneo, la región dorsal y sacrococcígea, la cadera y el tobillo son zonas de protección y/o carga, por lo que van a tender a la hipomovilidad.
Sin embargo, el raquis cervical y lumbar, las rodillas y el pie son zonas de movilidad que tenderán a la hipermovilidad.
¿Qué importancia tiene esto en un bailarín?
Cuando una zona o zonas de tu cuerpo no se mueven como deberían, otras se van a mover de más. Por ejemplo, hemos dicho que la zona dorsal es una zona que tiende a la protección y por lo tanto a moverse poco. Si a eso le sumamos que muchos bailarines tienden a bloquear todavía más esta zona, tu cuerpo va a buscar “una salida” a esa falta de movimiento (¡porque no vas a dejar de moverte!): y entonces tu cuerpo SE ADAPTA.
Para compensar esa zona que no se mueve, las zonas más cercanas (en este caso cervicales y lumbares) se van a mover de más. Entonces es cuando aparecen los “enganchones”, las hernias discales, las contracturas sin causa aparente, etc.
Cuando nos paramos a analizar qué zonas de nuestro cuerpo suelen sufrir más, automáticamente nos vienen a la cabeza:
Cuello.
Zona baja de la espalda.
Rodillas.
Pies.
Justamente las zonas que tienden a la hipermovilidad.
Tu cuerpo es una gran empresa donde cada parte debe hacer su función.
Imaginemos una empresa en la que unos trabajadores enferman: el resto de la empresa tendrá que hacer el doble de faena.
¿Quiénes se quejarán? Los que están trabajando de más.
En tu cuerpo pasa lo mismo: es una gran empresa donde todas las partes tienen que hacer su parte del trabajo. Las zonas de nuestro cuerpo que se van a “quejar” son aquellas que están trabajando de más, aunque el origen del problema esté en la hipomovilidad.
Hasta que no corrijamos esa hipomovilidad, el dolor no desaparecerá (y aunque lo haga por un tiempo, volverá).
Por eso siempre recalcamos que lo más importante no es quitar el dolor sino encontrar la causa y el origen de tu lesión.
¿Qué puedo hacer como bailarín para evitar lesionarme?
Una de las pautas que puede seguir cualquier bailarín es:
1. Mantener la movilidad de aquellas zonas que por su naturaleza van a tender a moverse menos.
Ejercicios de movilidad articular para el raquis dorsal, la zona pélvica, la cadera y el tobillo.
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2. Mantener la estabilidad de aquellas zonas que por su naturaleza van a tender a moverse de más.
Ejercicios de estabilidad articular para el raquis cervical, el raquis lumbar, las rodillas y los pies.
Iremos publicando ejercicios prácticos tanto de movilidad como de estabilidad articular para las distintas zonas del cuerpo.
Esperamos que este artículo os sirva de ayuda. Y si tenéis cualquier duda o necesitáis ayuda, no dudéis en escribirnos.
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